El 6 de abril, martes de la octava de Pascua, ha muerto en Tubinga, de cuya Facultad de Teología era profesor emérito, el teólogo suizo Hans Küng. Lo que más se dice de él es que en 1979 la Congregación para la Fe le retiró la venia docendi, como profesor de teología católica. Pero también se hacen eco los medios de comunicación del amplio alcance que tuvieron sus obras. Küng ha sido el teólogo que consiguió sacar su obra teológica de la academia para llevarla a los foros culturales, no solo eclesiales. Un gran escritor e investigador que supo aunar la seriedad de la documentación de sus obras, con la novedad de las reflexiones y propuestas que hacía. Y todo ello, con una gran capacidad de divulgación, nada fácil para un saber, el teológico, que está prácticamente fuera tanto de los circuitos intelectuales y como de los medios de la cultura de masas. Y efectivamente, polémico por cuanto alguno de sus planteamientos chocaban con la dificultad por parte de los organimos oficiales de Roma para recibir plentamente la nueva dirección teológica que marcaban las reformas del concilio Vaticano II, en el que Hans Küng había trabajado directamente como perito, junto a otros teólogos como Karl Rahner, Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) o Yves Congar.
Valga como semblanza teológica las siguientes líneas de su teología, que contribuyeron mucho a impulsar esa renovación teológica que luego, en la fase de reinterpretación conservadora del concilio, llevada a cabo por los papas san Juan Pablo II y Benedicto XVI, se vieron postergadas, cuando no desautorizadas.
ECLESIOLOGÍA. Fue precisamente una obra sobre un aspecto de la eclesiología, ¿Infalible? (1970) la que le ocasionó a Hans Küng el primer choque con el magisterio de la Iglesia. Su propuesta de repensar la infalibilidad papal, desde una relectura del contexto en el que se promulgó este dogma (Concilio Vaticano I: 1970) y sobre la base de una visión de la Iglesia más comunitaria y una comprensión del ministerio del obispo de Roma supeditado a la primacía del conjunto de la Iglesia como verdadera destianataria de la promesa de infalibilidad hecha por Jesucristo. Esta posición servía de puente para el diálogo ecuménico y recuperaba las posicioenes que en la Edad Media y el Renacimiento se llamaron "conciliaristas" por hacer del concilio la suprema autoridad de la Iglesia. Pero más calado tuvo, si cabe, al menos en los ambientes eclesiales y universitarios, su obra Ser cristiano (1974) con la que planteaba una síntesis de la fe y de la Iglesia sobre bases más bíblicas y con una proyección más centrada en la experiencia y el compromiso que en la mera ortodoxia doctrinal. Se convirtió en una especie de catecismo de adultos que orientó a no pocos grupos de reflexión y ayudó a madurar su cristianismo a muchos laicos.
FILOSOFÍA DE LA RELIGIÓN. ¿Existe Dios? Respuesta al problema de Dios en nuestro tiempo (1978) es una obra tan profunda como amena, que consigue hacer un repaso a los principales planteamientos de la filosofía moderna de la religión. Con una exposición muy clara y didáctica de los autores y sus posturas respecto al problema de la existencia de Dios. No se trataba de una demostración de la existencia de Dios pero sí de un diálogo sincero y arriesgado con el ateísmo, el teísmo y las posturas más racionalistas. Como fruto de este sincero intercambio de argumentos se defendía la razonabilidad de la fe sin caer en una apologética unilateral y fideísta. Sigue siendo un manual de referencia para quienes se preguntan por la coherencia racional de la fe.
DIÁLOGO INTER RELIGIOSO. En paralelo a la tarea de abordar de manera creativa la presentación de diversas religiones, El judaísmo. Pasado, presente, futuro (1991), El islam. Historia, presente, futuro (2004); El islam. Historia, presente, futuro (2004), siempre con vistas a favorecer el conocimiento entre ellas y el diálogo inter religioso, Han Küng estaba muy preocupado por el papel que las religiones pueden desempeñar para lograr la paz y la concordia entre los pueblos. Bajo la convicción de que no habría paz mundial sin paz entre las religiones publicó Proyecto de una ética mundial (1990) que se vería complementada y profundizada por otras obras en la misma dirección: Una ética mundial para la economía y la política (1999); Ética Mundial en América Latina (2008) y Una economía decente en la era de la globalización (2019). Se trataba de la proyección ética y social del estudio de la religión y de su comprensión como una propuesta positiva para la humanidad, lejos de la visión peyorativa que de la religión tenía buena parte de la reflexión filosófica moderna y que se veía reforzada por las propias incoherencias de las religiones en su historia.
Se trata pues, de uno de las teólogos católicos más importantes del siglo XX y comienzos del siglo XXI. Coherente con una visión aperturista de la iglesia, pero que se basaba en una interpretación seria y coherente de la fe. Descanse en paz y que en la vida íntima de Dios pueda ver confirmadas sus intuiciones sobre el carácter misericordioso de nuestra fe y el sentido servicial y humanizador de la Iglesia.
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